“En tiempos de cambio quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe”. Erik Hoffler
Este fin de semana tuve el placer de ir a dar una presentación a la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción campus Itapúa . El tema era “gestión del cambio” .
Debo confesar que no es fácil hablar de “cambios” porque hay cosas que pueden incomodar . Bueno…..el eje de la presentación fue explicar cuáles son nuestras dificultades para CAMBIAR, hablé de neuroentrenamiento y el cambio de hábitos.
Pero lo que te quiero contar hoy es que , luego de mi presentación hubo otra que dejó como una huella en mis aprendizajes. La presentación de mi colega Lic. Marcia Wagner, se titulaba “Hipertensión y alimentos funcionales”
Su presentación hizo que me “diera cuenta” , que cualidades necesita una persona para CAMBIAR .
La primera cualidad o habilidad que admiré de Marcia fué su curiosidad, lo que le permitió “cuestionar y cuestionarse” buscando nuevos horizontes. Ella presentó un contenido nuevo (por lo menos para mí) pero que además, pone “bajo la lupa” algunos contenidos que venimos enseñando en las Universidades desde que surgió la carrera de nutrición.
Ella se permitió hacerse preguntas sobre su ejercicio profesional , se permitió “pensar diferente”. Se desafió a sí misma sometiendo a un “sano juicio” sus aprendizajes y poder desechar lo que ya no sirve y dar lugar a nuevos conocimientos y aprendizajes.
Lo otro que me hizo sentir una sana envidia , fue su “VALENTÍA”. Hay que estar muy segura de una misma para exponerse a la posibilidad de ser criticada, por ejercer la profesión de una manera diferente y desafiando todo lo aprendido e ir incorporando nuevos marcos teóricos. En éste punto también reconocí en la institución que había invitado a Marcia, esa curiosidad y actitud de apertura para ir innovando y estar a la altura de los tiempos que vivimos.
Pareciera que éste tiempo nos empuja mas que nunca a cambiar. Me pregunto si no estaría bueno que cada uno agarre el timón de su barco y dirija los cambios que quiere que ocurran en todos los ámbitos de su vida.
Nuestra naturaleza se resiste al cambio, no nos gustan los cambios y se evidencia, por ejemplo, en que las estadísticas no nos acompañan de manera positiva a los profesionales de la salud. Todo el mundo habla de un claro aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles en la población mundial , sin embargo, no hemos cambiado, en esencia , su forma de tratarlas.
Suena fuerte e incomodo, lo sé pero quiero decirlo. Venimos haciendo mas de lo mismo. Marcia ejerce la profesión de una manera diferente y despertó en mí una profunda admiración. Me fuí muy contenta de las jornadas 🙂
Todo esto me hizo acordar a una historia que contó Guillermo Echevarría en su libro “ Hacer que las cosas pasen”. La resumo y después ustedes buscan el libro (a mí me encantó).
¿De qué lado se sube al caballo? Le preguntaron a Guillermo. Del lado izquierdo respondió. Su respuesta fue acorde a la tradición. Pero no satisfecho, se preguntó ¿Y porqué se sube del lado izquierdo?
Decidió preguntarle al hijo de un domador……..
Es así dijo…pero luego de un momento agregó : Quizá se deba a que el caballo es mas manso de ese lado….
Vamos a preguntar a tu padre……. Siempre se hizo así, dijo el padre, casi a la defensiva . ¿Qué quieren inventar? Hace veinte años que amanso y los caballos siguen siendo los mismos .
Continuó la búsqueda de una respuesta que lo convenciera. Guillermo se negó a matar su pregunta. Una tarde su maestro de doma le explicó que se subía del lado izquierdo porque los militares colgaban su sable del lado izquierdo, en la cintura. Así resultaba mas fácil montar al caballo por el lado izquierdo, esto permitía revolear la pierna derecha por encima del lomo del caballo sin que el sable los molestara.
Lo increíble fue que aprendió que además los hemisferios del cerebro del caballo no están conectados. Es decir que cuando se entrena al caballo para subir por el lado izquierdo, no puede trasladar ese aprendizaje al otro lado.
Todo esto le permitió a Guillermo CAMBIAR su manera de domar y entender mejor a los caballos. Entusiasmado fue a compartir su aprendizaje y se llevó una sorpresa cuando ninguno de los domadores mas experimentados fue capaz de considerar el nuevo contenido, ni tan solo, para probar si funcionaba.
Este cuento primero y luego la presentación de mi colega hicieron que me pregunte ¿Cuán abierta estaba a aprender?
¿Y vos? ¿Cuán abierta/o estás a cuestionar tus marcos teóricos, a incorporar nuevos y diferentes contenidos? ¿Cuán abierta/o estás a probar nuevas y diferentes maneras de ejercer tu profesión por ejemplo? ¿o de buscar nuevas alternativas a los cambios que querés lograr? ¿Estás dispuesta/o a romper creencias y paradigmas para encontrar otros resultados?
Cariños
Carina
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